A pesar de la pandemia el presente año fue muy activo para Néstor Francisco Ruiz Miranda, recién egresado de arquitectura del Campus Tijuana del Tecnológico Nacional de México, ya que además de participar con éxito en el Concurso Internacional de Ideas, impulsado desde España, también representó de manera individual a la institución en el 36 Premio a la Composición Arquitectónica Alberto J. Pani, convocado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el certamen anual más importante a nivel nacional, el cual este año, debido a la presencia del coronavirus, realizó a distancia sus dos etapas. Algunos de sus objetivos son estimular y favorecer la cultura del concurso y la excelencia del proyecto mediante la confrontación de ideas arquitectónicas y la convivencia entre universitarios, vinculándolos con los problemas nacionales del espacio habitable, donde la arquitectura, entendida como una profesión de servicio, puede y debe ofrecer propuestas viables ante la rica variedad de factores que ofrece nuestro país en cuanto a lo social, el clima, los materiales y los recursos.
Néstor Francisco, quien fue seleccionado por el Campus Tijuana en reconocimiento a su destacada trayectoria académica y talento competitivo, presentó su proyecto “Latente”, siendo uno de los 46 trabajos participantes, que, aunque no obtuvo ninguno de los premios principales, sí fue distinguido como portada de la UNAM, en la Galería de Trabajos Participantes localizados en la página web oficial del concurso, donde se refleja el brillante y sensible ingenio del nuevo profesionista Galgo.
La descripción de “Latente”, que toca de manera abierta y plural la manifestación callejera actual de inconformidad expresada por algunos sectores de la sociedad, inicia con varias interrogantes, previo a los conceptos ilustrados con cierta carga emotiva en matices poéticos. ¿Cómo transmitir todo el dolor y sufrimiento? ¿Cómo dialogar un entorno de reflexión y esperanza? ¿Cómo mostrar un mensaje de lo que sucede actualmente en nuestra sociedad? ¿Cómo?
Dispersos sobre la calle 86b se situarán 28 tótems de concreto con la posibilidad de ser destruidos, rayados, pintados, y conmemorados. Serán un receptor de cualquier medio de expresión latente, y al cabo de un tiempo serán conglomerados sobre 2 ejes radiales, debajo de un gran telar blanco manifestando las siguientes declaraciones.
La individualidad sobre el conjunto representará la unidad dispersa, representará el impacto que tiene en nuestra sociedad la cantidad de víctimas que han sido afectadas, y la angustia, dolor y sufrimiento individual serán reunidos sobre un punto central, donde se comunicarán todos los sentimientos para formar una sola voz, un solo mensaje.
Será tangible el sufrimiento sobre un material de concreto destruido por los manifestantes que nos transmitirá la herida latente en todos y todas.
El peso de todo el sufrimiento que ha acontecido se deberá de cubrir con una ligera tela en símbolo de perdón y de paz en donde una gran manta blanca se situará por encima de la estructura, reflexionando la situación actual de esta problemática, y cómo continúa siendo un tema encubierto por la sociedad.
Al final del recorrido se podrá merodear, asomar y encontrar nuevos espacios en cada instante del pabellón, diferenciando entre positivos y negativos, el misterio del encuentro y la luz contra la sombra. Su centro funcionará como foro escénico donde permanecerá un vacío conmemorando a todas las víctimas, en un momento de reconciliación y paz.
La ceremonia de premiación se llevó a cabo el 23 de octubre, donde participaron cinco finalistas seleccionados por el jurado.